Se trata de una de las formas de financiación más extendidas en España por las grandes ventajas que ofrece al consumidor y porque el usuario solo paga intereses por lo que gasta. Pero ¿qué es exactamente una línea de crédito y cómo podemos calcular sus costes añadidos? Te lo explicamos.
¿Qué es una línea de crédito?
Una línea de crédito es aquella cantidad de dinero extra que una entidad financiera concede a un cliente para que lo use a lo largo de un periodo de tiempo concreto.
Está en manos del consumidor emplear ese saldo de forma íntegra, parcial o simplemente no recurrir a él, en cuyo caso quedaría exento de pagar los intereses estipulados, ya que estos solo se asumen sobre la cantidad utilizada.
¿Cómo funciona la línea de crédito?
Como beneficiario de esa línea de crédito, debes devolver la cantidad prestada más los intereses en el plazo acordado o mediante cuotas. Normalmente, también ha de pagarse una pequeña comisión de apertura o mantenimiento de esa línea de crédito; es decir, de ese saldo extra que el banco o entidad financiera pone a tu disposición de forma permanente.
A medida que el beneficiario de la línea de crédito vaya devolviendo el dinero con los intereses generados, volverá a disponer del importe. Esto se conoce como crédito rotativo. Este producto permite hacer uso de cierto capital una y otra vez, a medida que se cumple con los pagos, sin tener que volver a pasar de nuevo por el proceso de solicitud.
¿Cuáles son las principales ventajas de una línea de crédito?
Ahora que sabes qué es una línea de crédito y cómo funciona la línea de crédito, tal vez te interese conocer las ventajas de este producto. Para empezar, se puede decir que una de sus principales ventajas es su inmediatez, ya que puedes disponer del dinero justo en el mismo instante en que lo necesites. Además, son cómodas, puesto que tendrás dinero disponible en todo momento en tu cartera o tu aplicación móvil, ya sea a través de la contratación de una tarjeta de crédito o de una línea de crédito online. Otra ventaja es la simplicidad a la hora de contratar el producto y renovarlo. Por último, los gastos extra en forma de intereses o comisiones son mucho menores que los de otros productos bancarios.
De hecho, las líneas de crédito suelen ser el producto estrella entre emprendedores, autónomos y pequeñas empresas, pues pueden hacer frente a gastos cotidianos cuando aún no han ingresado los beneficios pertinentes de su actividad. Para todos ellos, una línea de crédito supone mayor flexibilidad y seguridad a la hora de abordar pagos ineludibles, pues se trata de un producto idóneo para financiar pagos a corto plazo.
Diferencias entre líneas de crédito y préstamos
Las entidades financieras ofrecen productos de financiación como las líneas de crédito y los préstamos. Ambos implican la devolución del dinero más los intereses generados dentro de un plazo; sin embargo, entre estos productos existen diferencias importantes:
– Recepción del dinero: en el caso del préstamo, se recibe al principio, mientras que la línea de crédito puede solicitarse según la necesidad del cliente.
– Pago de intereses: en los préstamos se pagan desde que se entrega el dinero, mientras que en las líneas de crédito se abonan a medida que se vaya disponiendo de él.
– Renovación: la línea de crédito puede renovarse varias veces después de su vencimiento, mientras el préstamo tiene un periodo específico.
– Finalidad: las líneas de crédito suelen solicitarse para cubrir necesidades de liquidez en momentos puntuales, mientras que los préstamos se piden para adquirir bienes de alto valor o cuando se necesita capital a largo plazo.
Calculadora de préstamos: calcula tu línea de crédito
Una calculadora de línea de crédito es una herramienta que te ayudará a conocer el coste real y total que tendrá la contratación de este tipo de producto financiero.
Los datos que debes tener en cuenta para realizar dicho cálculo son: el importe total de la línea de crédito, el tipo de interés nominal por el saldo dispuesto y el tipo de interés por el saldo excedido, la comisión o gastos de apertura y comisión por no disposición, si la hubiera, u otros gastos relacionados.
Al tratarse de un tipo de préstamo de disposición variable, pagarás intereses y gastos en función de la cantidad de dinero solicitada y del límite máximo dispuesto.
Algunos consejos antes de contratar tu línea de crédito
Como ya hemos dicho, las líneas de crédito se han diseñado para que puedas asumir pequeños gastos puntuales y recurrentes en el tiempo, gastos a los que podrás hacer frente pasados unos días. Si lo que necesitas es una suma importante de dinero que no podrás devolver hasta pasados varios meses o incluso años, lo mejor es recurrir a la los préstamos personales.
En CréditoSí, lo último que queremos es que te endeudes sin remedio. Estamos aquí para ayudarte cuando más lo necesites, no para animarte a contraer una deuda impagable. Por lo tanto, antes de contratar una línea de crédito te recomendamos lo siguiente:
- Recurre a este tipo de producto solo cuando sea necesario.
- Calcula el coste real de tu línea de crédito y cerciórate de que podrás hacer frente a los intereses.
- Asegúrate de que puedes devolver lo prestado en al menos 30 días.
- Controla los gastos de forma continuada.
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